“Green Book” y la incorrección política

El italoamericano Anthony “Tony” Vallelonga trabaja como portero de discoteca en el Bronx. Tras ser despedido, acepta el ofrecimiento del Dr. Don Shirley, un pianista negro que necesita un chofer y guardaespaldas para su gira sureña de conciertos. Su única guía será un Libro Verde con alojamientos y restaurantes seguros para afroamericanos. En una época de segregación y leyes racistas, Tony y Don dejarán a un lado sus prejuicios y convertirán dos meses de viaje forzoso en una amistad de por vida. Con cinco nominaciones al Oscar, entre ellas la de mejor película, “Green Book”, la comedia dramática de la cual hablamos (a estrenarse hoy en Venezuela), ofrece un formidable duelo interpretativo entre Viggo Mortensen y Mahershala Ali, quienes interpretan respectivamente al chofer y al pianista negro, en una historia que transcurre en el sur de Estados Unidos durante unos años 60 marcados por la segregación racial. Actor, productor, guionista y director, Nick Vallelonga creció escuchando las historias de su padre, un carismático y persuasivo portero de discoteca, sobre el viaje que compartió con Don Shirley en los años 60, con la única referencia del ya aludido “Libro Verde del Automovilista Negro”, en el cual se incluían negocios y establecimientos seguros para los afroamericanos. Ahora, aquellos hechos reales, que le sirvieron a Vallelonga para descubrir las humillaciones, discriminaciones y violencia que sufría la población negra en la norteamérica de entonces, se convirtieron en filme de la mano de Peter Farrelly, quien cambia de registro tras alcanzar el éxito, junto a su hermano Bob, con comedias como “Dos tontos muy tontos” y “Loco por Mary”. Por primera vez en solitario, Farrelly acomete eficazmente este drama con notas de humor, buenos sentimientos y espíritu de road movie, donde se desarrolla una gran amistad entre dos hombres separados por los prejuicios raciales y de clase en una época dominada por el racismo y la segregación. El oscarizado Mahershala Ali (Moonlight) y el nominado a tres premios de la Academia, Viggo Mortensen (Captain Fantastic) estelarizan este homenaje al legado de Vallelonga y al talento musical de Shirley. Farrelly se halla lejos de firmar un producto oscarizable, a tono con las imposturas ideológicas hoy tan de moda. Plantea más bien un largometraje más conflictivo de lo que podría p una actitud que va en consonancia con la incorrección política que ha acompañado todos sus trabajos previos. Sirve para poner sobre la mesa cuestiones hoy tan debatidas como el “privilegio blanco” o la disociación de las personas acomodadas de color con respecto a la llamada “experiencia afroamericana”. Las respuestas del realizador van a contracorriente de lo que se estila. Véanla y sabrán porqué. Aquilino José Mata/ EDC

Read on the original site

⁞